
Soy víctima de un Dios frágil, temperamental,
que en vez de rezar por mi, se fue a bailar,
se fue a la disco del lugar.
Quizo mi disfraz, vivir como un mortal.
Como no logró matarme,
me regaló una visión particular.
Volutas de humo titilo a su encuentro.
Siento el fulgor y quiero entrar.
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