sábado, 14 de febrero de 2009

Las opciones quedan abiertas

Habían pasado tres semanas cuando nos dieron la noticia.
Yo estaba haciendo mi tarea escolar en mi cuarto cuando entró Luke. Parecía un poco preocupado.
- Papá quiere vernos a todos en la cocina ahora mismo - anunció.
- ¿Alguien está en problemas? - le pregunté.
Luke se encogió de hombros.
- No lo sé. Se lo ve muy serio. Jen está con él.
Socorro, pensé, mientras bajaba la escalera tras él. Desde mi trágico lamento en la playa, todos veníamos llevándonos mejor que nunca.
Cuando llegué a la cocina, papá, Joe y Emma ya estaban sentados a la mesa. Jen estaba preparando té.
- ¿Quieres tomar algo antes de que empecemos, Cat? - me preguntó Jen.
Asentí y traté de evaluar el ambiente. Algo sucedía, pero no lograba distinguir si era bueno o malo.
- Bien - dijo papá cuando todos estuvimos sentados -. Tengo algo que decirles.
Nos miramos, preguntándonos quién habría metido la pata esta vez y por qué nos habían reunido a todos para hablar de eso.
- No se asusten. Son buenas noticias - nos aseguró papá -. Al menos, eso creo. - Luego sonrió a Jen -. Dos cosas. La primera: he pedido a Jen que se case conmigo y ha aceptado.
- ¡Viva! - exclamó Joe, y Jen sonrió con timidez.
- Probablemente nos casaremos en primavera ...
- Increíble - dije, y grité: ¡Vivan los novios!
Los otros se sumaron:
- ¡Vivan!
- Espero que Cat y Emma sean mis damas de honor, dijo Jen, mirándonos a las dos.
- Claro que sí - respondió Emma, y luego puso carita de preocupación -. No tendremos que ponernos vestidos rosados como ese horrible que tiene Cat, ¿verdad?
- No - dijo papá, y me guiñó un ojo -. Pueden ir a Londres con Jen y elegir ustedes mismas los vestidos.
- ¡A Londres! - exclamé -. Fantástico. Nunca estuve allá. Y ¿cuál es la segunda noticia, papá?
- Bueno, aún no es seguro - dijo -, pero estuvimos pensando en mudarnos después de la boda. Con dos suelos, tal vez podamos conseguir algo con más espacio.
Delante de él, había una pila de papeles.
- Estuvimos mirando algunos lugar sólo para tener idea de los precios.
Distribuyó los papeles entre nosotros.
Había varias propiedades. Una mostraba una casa blanca en las afueras de Millbrook, cerca de la casa de Becca. Leí rápidamente los detalles.
- Dios mío. Esta tiene un jardín grande en el fondo y tiene cuatro dormitorios, papá. ¿De verdad podríamos pagar algo así?
- Ya veremos. - Sonreía-. Aún tenemos que hacer cuentas. Pero pensé que ya era hora de que al fin tuvieras tu propio cuarto, Cat.
Mi propio cuarto. No podía creerlo.
- Eso no es justo - protestó Luke, tomando el papel.
- Cuatro dormitorios. Uno para ti y Jen. Uno para Cat. Uno para Emma. ¿Y nosotros? No soporto compartir mi cuarto con "pies olorosos" ...
- Ah - repuso papá -. Ya pensamos en eso. Si nos mudamos, o mejor dicho, cuando nos mudemos, te compraremos una tienda de campaña para el jardín.
- ¡Perfecto! - exclamó Joe.
- Pero ... pero ... voy a tener frío - dijo Luke.
- Es una broma - aclaró papá, sonriendo feliz-. Yo no te pondría en el jardín, tontito. De todos modo, aún falta un tiempo, pero nunca se sabe; en un lugar así, sólo se necesita un permiso para construir arriba. Podríamos agregar otro dormitorio.
- ¡Para mí! - exclamó Joe.
- No, para mí. Soy mayor que tú. Para mí. Dile papá - insistió Luke.
Papá miró hacia el techo.
- Apenas empezamos a hablar de esto y ya están peleando. Ya veremos a quién le toca que habitación cuando lleguemos a donde sea que vayamos.
- Yo también tengo una noticia - anunció Emma.
- ¿Cuál es? - le preguntó papá, volviéndose hacia ella.
- ¡Tengo piojos! - exclamó, con orgullo.
Luke y Joe echaron sus sillas hacia atrás deprisa y se apartaron de ella. Jen se acercó a mirar por entre el cabello de Emma y le hizo una mueca a papá.
- Uno de los placeres que estás aceptando, Jen - le dijo él.
Jen sonrió.
- No puedo esperar ... ¿Peinar este pelo plagado de piojos? ¡No veo la hora!
- ¿Cuándo nos mudaremos, papá? - pregunté.
- Aún no estoy seguro, Cat. Mudarse cuesta dinero, de modo que tendremos que ahorrar un poco. Pero primero quería hablar con ustedes y, si a todos les parece bien, hacemos nuestras cuentas en los próximos meses. Bien. ¿Alguna objeción?
Nadie dijo una palabra.
- Excelente - dijo papá-. Mientras tanto, todas las opciones quedan abiertas.
Un dormitorio para mí sola. Quizá faltaban muchos meses, pero mi cabeza ya estaba llena de ideas para decorarlo. Lia y Becca podrían ayudarme. Estaba anciosa.
Luego de la conferencia familiar, corrí escaleras arriba a llamar a Becca.
- Es fantástico - dijo. Ojalá compren la que está cerca de mi casa. Podríamos venir caminando juntas desde el autobús.
- Lo sé. ¿Quieres venir a festejar?
Becca quedó callada, y luego lanzó una risita.
- ¿Qué, Becca? ¿Qué ocurre?
- Esteee ... Tengo una cita.
- ¿Con quién?
- Con Mac.
- ¡Con Mac! ¿Y esto cuándo paso?
- En la fiesta de Lia, más o menos. Fue muy bueno conmigo cuando yo estaba tan nerviosa y me di cuenta de que me gusta mucho. Especialmente cuando se muestra como es en vez de tener esa actitud de que nada le importa. Me llamó varias veces y ahora acaba de invitarme a salir esta noche.
- Entonces, ¿Ollie pasó a la historia?
- Bueno, para mi sí, Cat.
- ¿A qué te refieres?
Becca se quedó callada.
- Sé que me gustaba, pero las cosas pueden cambiar de un momento a otro.
- ¡Ya lo creo! Casi me volví loca tratando de resolver que sentía por él y por Zoom. Mis sentimientos cambiaban todos los días, así que no me hagas empezar con eso de nuevo.
- De acuerdo. Pero sólo quiero decirte una cosa. Me di cuenta de que le gustabas a Ollie apenas te vi con él en Rock, por la manera en que te miraba. Me siento horrible porque me puse celosa y te dije que a mi me había gustado primero. Debí decir algo, pero fui muy egoísta. Lo siento, he sido una mala amiga ...
- No, no es cierto. Yo he sido una mala amiga. Siempre me gustó Ollie, pero no quería ponerme en tu camino. Debí decírtelo desde el comienzo ...
- Sí, es verdad. Pero no tuviste la culpà de que él se fijara en ti y no es mí, de modo que la mala amiga soy yo.
- No, yo.
- No, yo - insistió.
- No yo.
- De acuerdo, somos las dos. Muy malas. Pero la verdadera amistad es para siempre y, como me dijiste en casa de Lia, eso vale más que cualquier chico tonto. Pero si quieres salir con él, no me molesta. En serio.
- No ... - empecé.
- ¿Te gusta él?
- Sí, pero no sé si querría salir con él.
- Bueno, pero quiero que sepas que, pase lo que pase, conmigo está todo bien.
Cuando terminé de hablar con Becca. llamé a Lia y le conté todas las noticias. Se alegró tanto como Becca por mí.
- Y, Cat, ¿sabes que Ollie sigue preguntando por ti?
- ¿En serio?
- ¿Quieres que le diga algo?
- Eh, en realidad, no.
- ¿Prefieres mantener las opciones abiertas? - preguntó.
- Exactamente. Quiero disfrutar de mi libertad por un tiempo. Sin secretos, sin mentiras, sin tener o no tener que decir ninguna verdad. Es genial. Muchas cosas han cambiado desde el verano; es como si empezara un nuevo capítulo. Mi papá se casa, quizá nos mudemos. Ya no tengo novio. ¿Quién sabe que podría pasar?
- Quién sabe - dijo Lia -. Pero Ollie me pidió tu dirección de correo electrónico. ¿Puedo dársela?
- ¿Por qué no? - respondí, con una sonrisa -. Mis opciones siguen abiertas.



" Mentiras Inocentes " ; Cathy Hopkins

No hay comentarios:

Publicar un comentario