viernes, 30 de enero de 2009

Se revela el secreto

- ¿Qué vas a hacer? - me preguntó Lia más tarde, mientras salíamos de la escuela.
- No sé - respondí -. No tengo idea. Becca todavía no superó lo del sábado. Lo único que falta es esto.
- ¿Jade habrá hablado con ella?
- No lo creo. Bec estuvo con nosotras todo el almuerzo y su mamá la retiró temprano de la escuela para llevarla al dentista, de modo que no creo que Jade haya podido decirle nada. A Zoom, no lo sé.
A la salida de la escuela, había montones de automóviles y padres que bloqueaban el paso, pero no habían venido a recoger a Lia, de modo que me acompañó a la parada del autobús. En la hilera de vehículos que esperaban para salir del camino, divisé a Jade y Mac en el asiento trasero del viejo Daimler de su madre. Jade estaba ahablando por su teléfono. Maldición, pensé. ¿Con quién estará hablando? ¿Con Zoom, con Becca, o estará poniendo un anuncio en el periódico local? No me habría extrañado en ella. " Cat Kennedy descubierta en escándalo amoroso en la playa de Cawsand. "
- ¿Qué crees que debo hacer, Lia?
- Dos cosas. Debes hablar con Zoom y Bec antes de que lo haga Jade. Gánale de mano. Y en segundo lugar, creo que debes pensar muy seriamente qué es lo que quieres.
- Eso, es obvio, ¿no? No quiero perder a mis dos mejores amigos. Y que piensen que ya no pueden volver a confiar en mí.
- No me refería a eso - dijo Lia -. Me refería a lo que quieres tú. Tú, Cat Kennedy.
- En este momento, lo que yo quiero no es importante.
- Exactamente - dijo Lia, y luego quedó callada unos minutos como si estuviera pensando qué decir luego -. Sé que no hace tanto que nos conocemos, Cat, así que dime si te parece que me estoy metiendo en tu vida ... pero de esto quería hablarte. Es que parece que siempre te pones al final de la lista.
- ¿A qué te refieres?
- No digo que esté mal; de hecho, me agrada que pienses en los demás y en lo que les pasa. Pero tengo la impresión de que, al hacerlo te has perdido por el camino. Como que piensas que tú no importas y todos los demás, sí. Es decir, ¿quién toma en cuenta lo que sientes tí? ¿Lo que tú quieres o necesitas?
Con gran sorpresa, sentí que se me llenaban los ojos de lágrimas.
- Dios mío, lo siento - dijo Lia -. Ya metí la pata. Cat, no quise hacerte ... cielos ... quiero decir ... lo que quise decir es ... que estás atascada en una relación que ya no avanza. Quieres un cambio, pero no quieres lastimar a Zoom, y por eso no le has dicho nada. Te gusta Ollie, pero no quieres lastimar a Becca, entonces otra vez sacrificas tus sentimientos para que todos los demás la pasaen bien. Yo ... creo que a veces deberías pensar en ser fiel a lo que tú sientes en lugar de tratar de proteger tanto a los demás.
Lia tenía razón. Había estado tan concentrada pensando en cómo tomarían los demás la verdad que ni siquiera había pensado en ser fiel a mí misma. Parpadeé para contener las lágrimas que amenazaban derramarse por mis mejillas.
- Deben ser mir hormonas - bromeé, enjugándome los ojos.
- Lo único que intentaba decirte, Cat, es que tú también importas. Te pasas la vida tratando de mantener la paz y de que todo el mundo esté bien, pero siempre a costa de ti misma.
Sentí que mis ojos volvían a llenarse de lágrimas.
- Lo siento. Lo siento. No seas buena conmigo, no seas buena conmigo - dije, cubriéndome la cara con las manos.
Lia puso la mano sobre mi hombro.
- Pero claro que voy a ser buena contigo, Cat. Has sido una gran amiga desde que llegué aquí. Y las amigas se cuidan.
En ese momento, sonó la bocina de un Mercedes plateado y Meena saludó desde el asiento del conductor.
- Me vienen a buscar - dijo Lia -. ¿Quieres que te llevemos? Me sentiría muy mal dejándote así.
Meneé la cabeza.
- El autobús llegará enseguida. En serio. Ve tú.
Lo cierto era que quería tener tiempo para pensar en lo que me había dicho Lia y resolver qué les diría a Bec y a Zoom antes de que Jade pudiera hablarles.

Cuando llegué a casa, tomé el teléfono inalámbrico del vestíbulo y corrí a mi cuarto. Emma había acomodado todas sus muñecas en la cama de abajo y les daba de comer bizcochos digestivos.
- No, Emma - protesté -, hay migas por todas partes. ¿No puedes jugar a eso abajo?
- Ahí están Luke y Joe - respondió, tratando de alimentar por la fuerza a una de las muñecas -. Abre la boca, muñeca mala. - Como la muñeca se negaba a comer, le sacó la cabeza, le metió el bizcochuelo en el cuerpo y volvió a ponerle la cabeza -. Ahora sí, buena niña, ahora tienes la barriga llena.
- No puedes hacer eso, Emma - dije, riendo a pesar de mi desdicha -. No te gustaría que te lo hicieran a ti.
- No. Pero a mí no se me sale la cabeza - replicó, muy seria -. Joe trató de sacármela, pero está pegada.
- Mira, Em, necesito el cuarto un momento - le dije.
- Es mi cuarto también - respondió.
- Pero necesito privacidad. Quiero hablar por teléfono.
- No importa. Yo no diré nada.
- Emma, por favoooooor.
- Entonces usa el cuarto de Luke y Joe, que están mirando la tele - insistió Emma.
Qué no daría por tener mi propio cuarto, pensé por enésima vez, mientras entraba a la habitación de los chicos.
Joe no estaba abajo sino haciendo su tarea escolar en el suelo, de modo que tampoco podía tener una conversación privada allí. Di media vuelta y me dirigi al baño.
- ¿Qué hay después del espacio, Cat? - preguntó Joe mientras yo cerraba la puerta del baño con llave.
- Más espacio - le respondí. Puse un par de toallas en la bañera, me metí y marqué el número de Becca.
Lllamaron a la puerta.
- ¿Qué hay después de más espacio? - preguntó la voz de Joe -. ¿Al final del universo?
- No lo sé. Vete ... oh, hola, no tú, Becca. Habla Cat.
- ¿Ajá? - respondió una voz somnolienta.
- ¿Estás bien? ¿Cómo te fue con el dentista? ¿Mal?
- No. Sólo tengo la boca un poco dormida.
- Bueno, qué suerte - dije -, porque necesito decirte algo. Lo único que tienes que hacer es escuchar. Es sobre Jade. ¿Te acuerdas de aquella vez en Cawsand con Ollie ...
- Ya lo sé todo - interrumpió Becca -. Ya me llamó ...
Mi corazón empezó a acelerarse.
- ¿Ya ...?
- Sí. Sigue tratando de sembrar cizaña - continuó Becca -. Es una falsa.
- ¿Qué te dijo?
- Que estuviste con Ollie en la playa de Cawsand hace unas semanas.
- Y ¿qué le contestaste?
- Que ya lo sabía. Ja. Le tapé la boca. Ella creía que era un gran secreto o algo así, y que me iba a escandalizar mucho. Le dije que se metiera en sus cosas y que yo ya lo sabía porque tú me lo habías dicho. Pero no le dije que estabas hablando con Ollie por hacerme un favor.
- ¿Eso es todo lo que te dijo?
- Sí.
Suspiré, aliviada. De modo que ahora Jade pensaba que Becca lo sabía todo y por eso no había mencionado que yo era la chica a quien Ollie había besado. Qúe alivio. Pero tal vez sería mejor contarle el resto y esperar que no me odiara para siempre. Al menos la verdad a medias, que era mi nueva manera de resolver las cosas.
- ¿Becca?
- ¿Sí?
- Acerca de Ollie. Siento que no fui del todo sincera contigo porque, en realidad, eh, si me parece atractivo.
- Claro - dijo Becca -. Tendrías que ser ciega o estúpida para que no fuera así. No estarás diciendo que estás atrás de él, ¿no?
Era hora de aclarar las cosas. Respiré hondo y me lancé.
- No, Becca. Tú lo viste primero y yo jamás ...
- Espera, Cat, llaman por la otra línea. Te llamo en un momento ...
Me incorporé en la bañera y decidí ordenar los frascos de champú y otras cosas mientras esperaba. Luke, Joe y Emma siempre dejan todos los frascos destapados. Eso me vuelve loca. Y nunca dejan el jabón en su bandeja, entonces se ablanda. Grrr.
Estaba enjuagando el pato de plástico de Em cuando Becca volvió a llamar.
- ¿Sabías esto? - preguntó, con tono urgente.
- ¿Qué cosa, Bec? ¿Si sabía qué?
Al principio no dijo nada pero, siendo Becca, no pudo contenerse por mucho tiempo.
- No puedo creerlo ... - dijo.
- ¿Qué cosa? ¿Qué?
No, pensé; seguro que la que llamaba por la otra línea era Jade y le contó a Becca toda la historia sobre mí y Ollie. Justo cuando las cosas iban tan bien y estaba a punto de contárselo yo misma.
- Jade volvió a llamar - dijo Becca.
Prepárate para morir, Cat Kennedy, pensé.
- ¿Sabías sobre esa fiesta? - prosiguió.
- ¿Fiesta? Ah, sí, más o menos; la del padre de Lia. Jade dijo que Ollie la invitó.
- Exactamente - dijo Becca -. Y ¿por qué Lia no nos invitó a nosotras?
- Bueno, no es su fiesta, Bec. Es de su papá - le recordé, para defender a Lia, aunque tuve que admitir que sí se me había ocurrido que quizá nos invitara. Especialmente ahora que iría Jade.
- Llamó sólo para jactarse de que Ollie la había invitado - prosiguió Becca -. Así que le dije que nosotras ya teníamos invitación.
- No habrás hecho eso.
- Sí. Me encantaría ir, Cat. Y estoy segura de que es sólo cuestión de tiempo. Seguro que Lia va a invitarnos.
Recordé lo que me había dicho Lia acerca de ser amigas, entonces ¿por qué no había mencionado la fiesta?
- Bueno, pero tal vez deberíamos esperar a que nos inviten antes de andar diciendo por ahí que iremos.
- De acuerdo - dijo Becca -, pero seguro que va a invitarnos.
- - respondí -. Seguro que sí, y ¿Bec?
- ¿Sí?
- Sólo quería decirte ...
- Oh. Espera - dijo, y la línea quedó en silencio un momento -. Debo irme, Cat. Mamá me llama para cenar.
Y entonces colgó.


" Mentiras Inocentes " ; Cathy Hopkins

2 comentarios:

  1. los zapatitos me aprietan, las medias me dan calor... y el vecinito de enfrente me tiene loca de amor. :O Jajaja Te amo Priscilaa! Soy maca :)

    ResponderEliminar
  2. amee con todo mi corazon ese libro! es el mejor que lei hasta ahora! ;D

    ResponderEliminar