miércoles, 28 de enero de 2009

Toda la verdad

Empecé la nueva semana llena de algría y optimismo. Pura como nieve recién caída: así pensaba ser.

Lunes: Verdades (2)
En el autobús, camino a la escuela, Becca me preguntó qué me parecía su última canción. Le respondí que mejor se dedicara al baile.
Ahora no me habla.
En casa, a la vuelta de la escuela, llamó Josephine Talbot para hablar con Luke.
Él estaba delante de mí agitando los brazos como loco y articulando en silencio las palabras: "No, nooooo" . Pero, como estaba decidida a decir la verdad, le dije que sí estaba y le entregué el teléfono a Luke.
Ahora Luke no me habla.

Martes: Verdades (1)
En la escuela, cuando el Sr. Ford me preguntó dónde estaba mi tarea, le dije que no la había hecho. Entonces me preguntó por qué, y le dije que había empezado una nueva temporada de Dawson´s Creek y que, después de eso, estaba tan cansada que no tuve ganas de hacer algo taaaaan aburrido.
Me hizo quedar después de clase. Pero soy la heroína del grupo.

Miércoles: Verdades (2)
Bec volvió a hablarme, pero el grano que tiene en la nariz está mucho más grande que la semana pasada. Cuando me preguntó si se le notaba, le dije que, en realidad, parecía que ocupaba la mitad de la cara.
Otra vez no me dirige la palabra.
Hoy hubo un alboroto en casa. Papá iba al videoclub y preguntó qué queríamos ver. Emma le pidió una de terror. Entonces papá dijo " Peri en esta casa no vemos películas de terror, ¿verdad?
Esta vez no fue necesario que yo dijera la verdad, porque Emma le enumeró todas las películas que habíamos visto mientras él no estaba.
Estoy castigada.

Jueves: Verdades (2)
Durante el recreo, Mac me preguntó su creía que él podía llegar a algo con Becca. Le dije que no, porque está tan enamorada de Ollie Axford que ni siquiera mira a nadie más. Es la verdad.
Mac se fue, de mal humor.
En el segundo recreo, Lia me preguntó si me gustaba Ollie. Al principio no supe qué decirle, pero como es mi semana de la verdad, supe que no tenía alternativa y admití que sí. ¡Resultó que ella sabía que yo era "la chica de la playa" ! Me sorprendió mucho porque yo creía que él nunca había mencionado mi nombre, pero aparentemente había llamado por teléfono desde Londres; preguntó a Lia si me había conocido y le dijo que yo era la chica con quien había estado en Cawsand. Además me dijo que ella sospechaba que me gustaba Ollie porque me quedo súper callada cada vez que alguien habla de él. Interesante. Parece que a veces no se puede disimular lo que se siente.
Me alegro de haberle dicho la verdad. Si le hubiera mentido, nunca más habría confiado en mí. Pero tuve que rogarle que no se lo dijera a Becca, porque quiero elegir el momento y no quiero lastimarla. Ella accedió y dijo que Ollie preguntó por mí, ¡¡y que le parece que realmente le gusto!! Agregó que él viene el próximo fin de semana y que irá a Rock con unos amigos. Aaayyy.
Esta semana, hasta ahora, gracias a Dios, Becca no me preguntó por él.

Viernes: Verdades (4) ¡Excelente!
En el autobús escolar, Moira Ferguson me preguntó como había estado estado el fin de semana con mis primos. Era una pregunta tramposa, pero me sentía valiente por ser la reina de la franqueza. Le dije que no habían venido pero que yo no tenía ganas de ir a una fiesta.
Luego, Moira dijo a toda la clase que soy una mentirosa. Bah. Es obvio que no se da cuenta de que soy la campeona de la sinceridad.
Esa tarde, en casa, llamó mi abuela y preguntó si había estrenado el abrigo nuevo. Finalmente admití que no, porque no era mi estilo. Fue horrible, porque se quedó muy callada y pidió hablar con papá, que luego me dio un sermón acerca de ser diplomática. No es fácil ser diplomática y decir la verdad al mismo tiempo.
Otra vez estoy castigada.
Más tarde, volvieron los fanáticos religiosos y me preguntaron si estaba en paz con Dios. Les respondí que no lo sabía, los invité a pasar y estuvimos debatiendo media hora. Papá me reprendió por hacer pasar a unos desconocidos y Emma se quejó porque les había dado las últimas galletitas de chocolate.
Esa noche, durante la cena, alguien llamó para preguntar si necesitábamos un baño nuevo. Le dije sinceramente que sí, lo necesitábamos. Con urgencia. Entonces me dijo que su empresa enviaría un diseñador a nuestra zona la semana siguiente y que podría venir a darnos una cotización sin cargo. Le respondí que eso sería genial pero que de ninguna manera podríamos pagar un baño nuevo, de modo que sería una pérdida de tiempo. Bien, respondió, buenas noches entonces.
¡Eso sí que fue fácil!

Sábado: Verdades (1)
En el cine de Plymouth, cuando la señora de la boletería me preguntó la edad, le contesté: catorce años. Por supuesto, no me dejó entrar. Luego miró a Becca, que enseguida perdió la compostura y ahora no está muy contenta conmigo. Me llamó una hora después de que llegué a casa y dijo que últimamente me estaba portando de una manera muy rara y preguntó qué me pasaba. Le dije que había decidido decir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad. Dijo que no me molestara y que prefería la otra Cat.

Al llegar el fin de semana, me sentía más confundida que nunca. Supuestamente, lo correcto es decir la verdad, pero no siempre da buenos resultados. Sin embargo, aún no estaba dispuesta a rendirme.
El domingo, el Sr. Squires nos llevó a mí y a Zoom a Rame Head, pues tenía que reparar un coche que se había descompuesto en el estacionamiento de allí. Mientras él trabajaba, fui con Zoom hasta la colina. A decirle la verdad.
Rame Head es mi lugar favorito en toda la península: una pequeña colina que se interna en el mar, con un diminuto templo druida en la cima. Los hippies del lugar afirman que allí convergen líneas geomagnéticas muy poderosas. No sé si será cierto, pero uno se siente muy bien allá arriba. Lo único que se ve a ambos lados es cielo y mar por muchos kilómetros.
- ¿Zoom? - dije, al cabo de un rato de contemplar el paisaje.
Zoom me miró y sonrió.
- ¿Qué?
Esta vez estaba decidida a hacerlo. Toda la verdad.
Me sentía muy valiente.
- Ehh, ¿no crees que es hora que cambiemos ...?
Se puso de pie de un salto.
- Sí, está haciendo frío. Se levantó mucho viento. Toma, ponte mi abrigo.
Recogió mi bolso y se puso en marcha colina abajo.
Inténtalo otra vez, pensé, mientras lo seguía.
- Ehh, Zoom. Sabes que te quiero mucho, ¿verdad?
Sonrió.
- Y yo a .
- Bueno, estuve pensando que tal vez podríamos volver a examinar nuestra relación.
- Yo ya lo hice - respondió, con descaro -. Cinco puntos para mí, tres para .
No pude evitar reír.
- Quiero decir, ¿nunca te sientes atraído por otras chicas?
Meneó la cabeza.
- No. Aunque Lia es una belleza.
¿Perdón? Eso no estaba en el libreto y me desconcertó un momento.
- ¿Quieres decir que te gusta?
- No.
- Pero te parece una belleza.
- Sí.
Retrocedió unos pasos y me abrazó.
- No tienes que sentirte insegura conmigo, Cat. Tú y yo tenemos algo especial. Deben ser tus hormonas que te están jugando una mala pasada.
Sonreí al oír la frase familiar. Zoom me tomó de la mano y, mirándome con mucha seriedad, dijo:
- Lo que nosotros tenemos está en otro nivel.
Reí, porque ya habíamos bajado media colina: otro nivel.
Asentí, decidida a llegar hasta el fin.
- Sí, principalmente. Somos buenos amigos. Aunque a veces es difícil encontrar las palabras adecuadas para expresar lo que uno quiere decir.
Zoom bajó corriendo por delante los últimos escalones y llegó al campo que daba al estacionamiento. Luego hizo una especia de loca danza india.
- ¿Las palabras adecuadas? ¿Como cuáles? ¿Que soy el chico más buen mozo de la escuela? Que soy brillante. Y simpático. Y taaaaan modesto.
Luego corrió el resto del camino hasta el coche.
Sí, pensé, todo eso.
- Y quiero terminar contigo - dije, pero él estaba demasiado lejos para oírme y el viento se llevó mis palabras.



" Mentiras Inocentes " ; Cathy Hopkins

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